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La delicada mirada de Kati Horna: un legado para la memoria histórica

  • Foto del escritor: Joaquin González
    Joaquin González
  • 27 ago 2024
  • 4 Min. de lectura
La fotógrafa húngara Kati Horna, de ideales anarquistas, colaboró como reportera para publicaciones como Tierra y Libertad, Tiempos Nuevos, Mujeres Libres o Umbral: semanario de la Nueva Era. A través de su trabajo, capturó el lado tierno y esperanzador de la resistencia antifascista.


La Guerra Civil Española sirvió como preludio a la Segunda Guerra Mundial en la lucha contra los fascismos. Desde distintas partes de Europa, combatientes de las brigadas internacionales y profesionales de distintos sectores unieron fuerzas en defensa de la causa republicana. Entre ellos, la fotógrafa húngara Kati Horna.


Kati Deutsch, nacida en el imperio austrohúngaro el 19 de mayo de 1912, fue la menor de tres hermanas en una familia judía acomodada. En 1931, se trasladó a Berlín para formarse como fotógrafa, pero con el avance del nazismo se vio obligada a volver a la casa familiar en Budapest, lo que reforzó sus ideales antifascistas. Tras completar sus estudios, Kati viajó a París para continuar su carrera. Allí, conoció y fue pareja del renombrado fotógrafo Robert Capa, trabajó para la agencia francesa Agence Photo, y realizó importantes reportajes, entre los que se destacan El Mercado de las Pulgas (1933) y Reportaje de los Cafés de París (1934). Adoptó el apellido Horna durante su estancia en España, cuando trabajó como redactora para la revista Umbral: semanario de la Nueva Era. En ese tiempo conoció a José Horna, con quien se casó y de quien tomó su nombre.  


Retrato de Kati Horna en 1937.


En 1936, con el estallido de la Guerra Civil Española, Kati Deutsch y Robert Capa viajaron a Barcelona para trabajar como fotorreporteros. Kati fue encomendada por la Confederación Nacional de Trabajo (CNT) para trasladarse a los campos colectivizados de Aragón y las retaguardias aragonesa, catalana y valenciana, donde documentó tanto la resistencia militar  como el desarrollo de la vida social en estos lugares. Su trabajo tenía un propósito propagandístico, ya que la CNT-FAI lo utilizaría para difundir en el extranjero los logros alcanzados en los territorios donde se llevaba a cabo la revolución obrera. Durante este periodo, Kati capturó con su cámara Rolleiflex el espíritu de aquellos que luchaban por un sistema que garantizara la igualdad de derechos y libertades. Sus fotografías revelan una mirada distinta, tierna y emotiva, que logra captar el sentimentalismo de un bando que se resistía a someterse a una ideología sublevada y cruel. Además, Kati mostró que los esfuerzos de la guerra no se limitaban al combate en el frente: milicianos escribiendo a sus familiares, madres amamantando a sus retoños, los almuerzos en las trincheras o niños sonriendo en las colonias infantiles son algunos de los momentos cotidianos que la fotógrafa húngara retrató.  


Fotografías tomadas por Kati Horna entre 1937-1938 en España.


Con el avance del bando nacional y los bombardeos de Barcelona en 1939, la CNT-FAI se vio obligada a mandar al extranjero todo el material fotográfico que Kati Horna había realizado durante su estancia en España. Este material fue remitido al Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam, pasó por París y permaneció en Inglaterra durante la II Guerra Mundial, hasta que en 1947 llegó finalmente a su destino. Lo sorprendente es que este material permaneció en paradero desconocido y no se redescubrió hasta cuatro décadas después. En los años 80, se abrieron las 47 cajas pertenecientes al Archivo Fotográfico de las Oficinas de Propaganda de las FAI, pero se les prestó poca atención a las miles de imágenes que contenían, prefiriendo investigar otros documentos. No fue hasta el 2016 cuando la investigadora española del centro holandés, Almudena Rubio, descubrió en estas cajas una cinta de hojalata con 500 negativos tomados entre 1937 y 1938. El valor de estos negativos se reveló gracias a libros de anarquistas como Emma Goldman o Augustin Souchy, que estaban ilustrados con fotografías de Kati Horna. Además, se descubrió que la cinta contenía negativos tomados por la fotógrafa Margaret Michaelis durante el mismo periodo.



Caja en la que viajaron y permanecieron los negativos hasta su descubrimiento.


A partir de este momento, comenzó un trabajo de recuperación de este patrimonio histórico, que se exhibió en la Calcografía Nacional de Madrid. La muestra, coproducida por PhotoEspaña y la Diputación de Huesca bajo el título Las Cajas de Ámsterdam: Kati Horna y Margaret Michaelis en la Guerra Civil, se presentó en 2022 y luego se pudo ver en una versión ampliada a 220 fotografías en La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona.


Gracias al trabajo de los investigadores, hemos podido contemplar el valor artístico, social e histórico de la obra de la fotógrafa húngara, Kati Horna. Durante este periodo, uno de los más relevantes de la historia contemporánea de España, un Estado Constitucional fue abatido, y los sueños de muchos fueron opacados por las convicciones egoístas de otros. Más de 80 años después, el carácter de todo un país sigue marcado por los principios ideológicos que iniciaron esta contienda. Por ello, es vital contribuir a la memoria colectiva con trabajos como estos, donde se preserva y aprecia la alegría, el dolor y la fuerza con la que el republicanismo hizo frente al fascismo franquista.     

     

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