La marea verde vuelve a las calles para defender la Educación Pública

Tras solo una semana lectiva del nuevo curso, las y los profesionales del sector de Educación, organizados por la Asamblea Verde de Madrid, vuelven a movilizarse en defensa de la Educación Pública.

Las protestas, dirigidas contra las políticas impulsadas por el gobierno autonómico que lidera Isabel Díaz Ayuso, busca un aumento recursos para el adecuado ejercicio de su profesión y una mejora de condiciones laborales. El colectivo exige una reducción del periodo lectivo del profesorado, una disminución del ratio (número de alumnas y alumnos por aula y docente), y un incremento de la financiación educativa hasta el 7% del PIB. Actualmente, el profesorado imparte 25 horas semanales en Educación Primaria y 20 horas en Educación Secundaria, un ratio de 25 alumnos por clase en la primaria y 30 alumnos en Secundaria, mientras que la financiación se sitúa en un 4,9% del PIB. Además, la comunidad docente madrileña aboga por un sistema educativo “inclusivo y de calidad” que ponga fin a la segregación y fomente una verdadera educación inclusiva. Estas demandas no buscan reducir la carga de trabajo, sino mejorar las condiciones laborales y garantizar un entorno adecuado para el aprendizaje del alumnado.

Por otro lado, la Asamblea Verde de Madrid denuncia el trato preferencial hacia las familias con ingresos superiores a 100.000 euros, señalando que estas reciben cheques para financiar los estudios de sus hijos en centros privados, tanto en Bachillerato con en Formación Profesional. Un modelo político basado en el deterioro de los Servicios Públicos y el fomento de la desigualdad, destinando recursos públicos a quienes no lo necesitan.

Desde la calle Recoletos hasta la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, ubicada en la calle de Alcalá 32 y pasando por la Plaza de Cibeles, los manifestantes, apoyados por otros colectivos defensores de los Servicios Públicos y Sociales, como CCOO, Podemos y diversos grupos feministas, ecologistas y LGTBIQ+, han plantado cara una vez más al intenso enfoque neoliberal del gobierno de Ayuso.