Llobás (Lobisón): una profunda reflexión sobre el trato a lo “diferente”
- Joaquin González
- 22 jul 2024
- 3 Min. de lectura
Una producción catalana dirigida por Pau Calpe que traslada el clásico personaje del hombre lobo al drama social.

El tercer largometraje del cineasta catalán, Pau Calpe, adaptado de la novela homónima de Ginés Sánchez, galardonada con el premio Nuevo Talento Fnac, se presenta como un drama con tintes fantásticos y metafóricos. Esta versión contemporánea de hombre lobo se aleja del género de terror y reinterpreta a este personaje clásico, apartándose de los rasgos habituales como pueden ser la ferocidad, la fuerza o la astucia.
La historia transcurre en entornos naturales en la provincia de Gerona, presenta excelentes planos de montañas, lagos y escenas en la playa, así como interesantes juegos de enfoque. Con un metraje de 104 minutos, en la primera parte de la película predominan los silencios y la contemplación del mundo en el que habitan los personajes, conectando al espectador sensitivamente.
Adría (León Martínez), un joven de 17 años mudo, vive bajo la responsabilidad de su hermano mayor, Ramón (Pol López), un hippie despreocupado al margen del sistema que lleva una vida nómada en su furgoneta junto a su pareja Tona (María Rodríguez Soto). La personalidad de Adriá, marcada por sus dificultades para hablar y los traumas causados por su padre durante la infancia, darán forma a un carácter tímido y ensimismado, agravados por el conflicto psicológico que provoca la incompatibilidad de su lado humano con su lado animal. Un cúmulo de trastornos que influyen en sus habilidades sociales, convirtiéndolo en víctima de bullying por parte de personas insensibles y deshumanizadas. Sin embargo, cuando llegan las noches de luna llena, Adriá experimenta episodios psicóticos que lo llevan a transgredir la norma, comprometiendo a su hermano y a la pareja de este, quienes intentan cuidar de él.

Fotograma de Llobás (Lobisón), de Pau Calpe (2024).
En las profundidades de este drama, el espectador se adentra en una de las cuestiones más importantes de la humanidad: los límites entre el bien y el mal
Esta película, expone la complejidad de las relaciones con personas diversas, tanto dentro del núcleo familiar como fuera de este, exhibiendo diferentes perspectivas. Por un lado, está la mirada indulgente y protectora a su modo de su hermano Ramón. Por otro, la mirada incomprensiva y altiva del resto de la sociedad, que agrede y discrimina a Adriá por ser como es. En las profundidades de este drama, el espectador se adentra en una de las cuestiones más importantes de la humanidad: los límites entre el bien y el mal. Un dilema que desde tiempos de la Antigua Grecia ha intentado encontrar respuesta. De este modo, Llobás envuelve al espectador en una encrucijada psicológica que pone en duda los valores morales establecidos y que, dependiendo de las circunstancias, puede acrecentar o disminuir su legitimidad.
“¿Cuáles son los amigos a quienes es justo hacer el bien? Los que nos parecen hombres de bien, sin duda. ¿Y cuáles son los enemigos a quienes es justo hacer daño? Los que tenemos por malos. Conforme; pero cuidado, que las apariencias engañan”.
Fragmento de La República o El Estado de Platón (315 a.C.)
Así mismo, Llobás (Lobisón) construye un escenario donde todos personajes enfrentan sus propios duelos de forma individual, con intereses dispares, algunos de los cuales requieren un compromiso con un sistema inflexible e insolidario. Adriá se ve finalmente expulsado de un entorno donde nunca se podría haber integrado. La pérdida del sentido de comunidad, la rigidez de lo normativo, la presión social, la violencia como respuesta a lo anómalo y la incapacidad de un sistema burocratizado son algunos de los temas cuestionados de forma implícita en este largometraje. En su núcleo, la película aborda la sentencia al castigo, la anulación y la marginación de las personas “diferentes” de forma generalizada e incluso institucionalizada. Una realidad todavía vigente, heredada de los fascismos, que causa un gran daño a quienes lo sufren.
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